domingo, 25 de abril de 2004

LA COLUMNA DEL TALADRO

Por Luciana Mercurio , desde el Sur del GBA.
BANFIELD 2 OLIMPO 0

LO PASADO, PISADO

El mejor equipo del sur “toleró la frustración” (dirían los psicólogos) de haber perdido el clásico contra los innombrables y recuperó la memoria. Luego de vencer a un equipo que hizo poco y nada como para llevarse aunque sea un puntito, Banfield se emborracha en sus sueños de tanto pensar en las copas.
El frío de la noche sugería un té calentito en el sofá de casa. Pero el amor es más fuerte, por eso había que ir a ver a nuestro enamorado. No sé si iba a estar con un ramo de rosas, de margaritas o una flor del patio de la casa. Lo importante era que esté ahí, demostrando que se merece una visita. Y así fue, porque desde el primer minuto de juego sacó a relucir todas sus “flores”. Con un Palacio en la delantera y una torre en la defensa, como lo fue Civelli, el juego del taladro conquistó el corazón de todos. Pero lo más importante llegó a los 20 minutos con un cabezazo de Fernando Ortiz, quien siempre está bien despierto. Gol y festejo copero en el sur.
Después del descanso, Olimpo intentó invocar a los dioses de su Monte , pero ellos no se hicieron presentes. Tuvieron que arreglárselas con sus humildes jugadores que no pudieron hacer mucho para llegar al arco de Noce. Banfield era una máquina, sin Loustau y Pedernera, pero con Palacio y el Tati. Poco se notó la ausencia del grandote Bilos y Garrafa. Lo que si fue notorio el blooper de Vivaldo, quien le pifió a la pelota y el Tati la arrastró hasta el gol. ¿Partido liquidado? Y...si. Aunque Saporiti no se sentía vencido, aún vencido. Hizo entrar a Delorte y a Sarmiento, pero todo siguió igual. El taladro presionaba en el área de Vivaldo, y dejaba sin aire al conjunto de Bahía. A más de uno se le cortó la respiración cuando sintió los gritos de Mazzoni, quien sufrió una rotura de ligamentos de su tobillo izquierdo. El aplauso de las dos hinchadas para el delantero de Olimpo demostró la solidaridad hacia el jugador.
En el taladro tuvo que ingresar Barbosa, ante una pequeña lesión de Noce. El juvenil certificó que lo suyo no es una racha pasajera sino puro talento. Además entró Amato por el Tati, quien se fue ovacionado por los locales, al igual que la figura del partido , Rodrigo Palacio. Para completar la alegría local, el ingreso del debutante Armenteros (participó en la selección nacional Sub 17) despertó sueños de un futuro crack.
Ya estaba todo dicho. “El retorno de Banfield” se presentó en las mejores tribunas. Bajo la dirección de Falcioni, la critica ovacionó el film y se fue con una sonrisa a la casa, donde ya está preparada la mesa para festejar. Sólo faltan las copas.

LANUS 1- BANFIELD 0

MENTIRAS VERDADERAS

Los granates se llevaron en el último minuto el clásico del sur. En un partido que prometía mucho, ninguno de los dos jugó como para aumentar su historial. A esto hay que sumarle el desastroso arbitraje de Bassi, quien pareció ser el jugador Nº 12 del local.
Cuando Banfield se dedicó a jugar a lo que más sabe, el hombre de negro prohibió todo. El gol válido que convirtió Sanguinetti , luego de bajarla con el pecho, fue anulado por Bassi. Consideró que el defensor la había bajado con la mano. La batahola de insultos bajó de la tribuna visitante, en donde los hinchas habían dejado escapar el grito de gol.
Mientras tanto, el granate se enteraba de que estaba jugando el clásico y que no era un simple entrenamiento. Todo lo atractivo estaba en las tribunas. Colores, banderas, cantitos y demás eclipsaron el poco movimiento que tuvo la pelota.
Ya en el segundo tiempo, a los 5 minutos, el Taladro se encontraba con un hombre menos por una expulsión ¿merecida? del Flaco Bilos. Con una baja, Banfield menos que menos iba a mandarse al ataque. Para males, el árbitro no supo ver por su corta vista que le cometieron un penalazo a Ortiz. Bassi ya era un enemigo público.
Para completarla, en el último minuto Salomón alcanzó la velocidad del correcaminos y llegó a un pelota casi perdida. Tiró el centro y ahí estaba Graziani para cabecearla y mandarla a guardar. Casualidad o causalidad, no sé lo que fue. Lo concreto era que Banfield perdía contra el granate, después de 3 años. Pitazo final y mucha bronca.
A nadie le gusta perder, menos en clásico y ¡¡sobre la hora!!. Así es el fútbol, pero... ¿qué le hace una mancha más al tigre?. Les faltan 9 para alcanzarnos. Todavía siguen siendo nuestros hijos.