martes, 13 de febrero de 2007

FRANCIA 0-1 ARGENTINA

Por Alejandro Clinaz, desde París, Francia.

span style="color:red;">Fútbol, Con Perfume Francés:

Era una tarde de miércoles pero distinta, ya que en la capital parisina se vivió un encuentro importante para el fútbol mundial. Dos décadas después se encontraron Francia y la Argentina

El encuentro ya es historia, lo que queda son los recuerdos de una verdadera fiesta que vivieron los hinchas y los que pudimos estar ahí. Esos que aunque haga frió, calor, nieve o truene hacen lo indecíble para acudir a una cita mundial que al final termina por engrosar el baúl de los recuerdos mas preciados.

No estaba en Retiro esperando tomar el tren para partir a Núñez, porque cuando abrí los ojos me encontré entre un crisol de razas y lenguas como si se tratase de la torre de Babel. Pero no, estaba viviendo la realidad, tren con destino al Estadio de Francia.

Al llegar al estadio y no ver miradas intimidatorias, amenazantes y esas cosas que se viven en el fútbol argentino de hoy en día, sino todo lo contrario, cordialidad y compartir la afición del deporte rey, aquel que une masas y países de todo el mundo. Con un mismo objetivo, triunfar y de esta forma pensar en lo que vendrá. Y si no es así, lo hermoso de este deporte que siempre te da revancha a corto o largo plazo.

Ingresando al estadio todos esperan de modo tranquilo y disfrutando lo que se vive fuera de el, las cosas que nunca falta, un picadito entre varios argentinos donde los franceses se unen allí para vivir esa alegría, los bombos, las banderas y todo el folklore juntos en un mismo lugar.

De repente, al ingresar al estadio, vi desplegada una bandera que decía “Argentina Te Quiero”, una extraña y melancólica sensación de estar junto a todos aquellas personas que están lejos, para que mentir. Se me erizo la piel y creo que no era el único, había más de 2000 aficionados argentinos. Aquellos que vienen de todas partes de Europa para ver a su selección, que por diferentes cosas de la vida se encuentran lejos de su tierra.

Mientras los actores daban vida a un nuevo acto balompédico, sobre una alfombra verde, sus invitados de lujo alentaban dando la sensación que ese puñado de corazones celestes y blancos palpitaban más que los orgullosos franceses, que con respeto y asombro miraban tímidamente al publico argentino.
Fue una noche parisina, romántica de fútbol, un sueño al alcance de unos pocos……...


Goleador. El Pibito anotó la única diana del encuentro.

Etiquetas: ,