martes, 7 de diciembre de 2004

LA COLUMNA AZULGRANA

Por Miguel Martino .
Por Fin Volvieron:
En este campeonato no tuvo un buen nivel salvo frente a Olimpo, Gimnasia, Vélez, Instituto y Huracán donde mostró destellos de toda la calidad que tiene en el pie derecho. Algunos hinchas se olvidaron que es un monstruo y hace 5 años que juega en San Lorenzo. Hubo gente que el otro día ante Almagro lo silbó cuando fue reemplazado. Una locura.
Ayer en el sur, Leandro Romagnoli volvió a jugar como sabe. Habría que preguntarle a algunos jugadores de Lanús si alguna vez alguien les hizo pasar tanto papelón. Parece la cancha del Granate le sienta bien: en el Clausura 2001 cuando ganamos 5 a 4 hizo un golazo y la rompió y el año pasado en la victoria por 4 a 0 fue imparable.
Las cosas habían comenzado complicadas porque a los 46 segundos estábamos un gol abajo. Poco le importó al 10. A los 13 minutos hizo el penal y no paró. En el segundo gol, desbordó por izquierda y asistió a Hernán Peirone. Se veía venir que la recuperación del crack era realidad.
El equipo se siente seguro cuando él está bien. Es el guía dentro de la cancha. Es el mejor de todos. Para más, tiene compañeros de lujo porque tanto Pablo Barrientos como Ezequiel Lavezzi están en su misma sintonía.
En el segundo tiempo no paró de gambetear y nuevamente dejó solo al pibe para el último tanto.
Luego hizo una jugada espectacular: desparramó a dos defensores, definió ante la salida de Carlos Bossio pero se la sacaron en la línea.
Fue el mejor partido del Pipi en el torneo. Manejó los hilos en todo momento y se puso el equipo al hombro. Cuando está iluminado, San Lorenzo difícilmente no gane. Es el as de espadas.
Los cuervos presentes en el estadio lo ovacionaron demostrando que lo bancan a muerte.
Romagnoli está de vuelta. Su magia está intacta.
El mejor de todos fue otra vez, el mejor de todos.
¡Fuerza Ciclón!


Volvió el Pipi... volvió San Lorenzo.