LA COLUMNA AZULGRANA
Por Miguel Martino .
Dejamos pasar otra chance para acercarnos a los de arriba. No pudimos quebrar a un equipo que estaba casi nocaut debido a su eliminación de la Copa Sudamericana el último jueves y sólo pudimos conseguir un pálido empate.
Es verdad que Arsenal es complicado porque Jorge Burruchaga, como Héctor Veira, prefiere quedarse en su campo a ver que pasa. Es un lástima ya que era para ganar. Somo más que ellos, sin dudas.
En el primer tiempo todo fue muy parejo y de repente Santiago Hirsig (encima un quemero) nos emobocó. Un baldazo de agua fría porque fue antes de los 10 minutos de juego y recién nos estábamos acomodando en la cancha, tanto nosotros, los hinchas, como los jugadores.
De a poco, El Ciclón fue a buscar la igualdad de la mano de Leandro Romagnoli, Ezequiel Lavezzi y Pablo Barrientos, quienes utilizaban su habilidad para tratar de quebrar a la sólida defensa del Viaducto.
San Lorenzo sólo lograba llegar mediante centros, salvo un disparo del Pipi que sacó Alejandro Limia a un costado.
Faltando poco para el final y tras un centro del Pitu, El Pocho Lavezzi, de cabeza, puso el 1 a 1. Fue una inyección anímica enorme porque todos los que estábamos en la cancha soñábamos con una victoria que nos dejara a tres puntos de Estudiantes.
En la jugada siguiente del gol, El Pocho desbordó, asistió a Germán Herrera y éste no pudo marcar porque le pifió a la pelota. No tiene suerte el ex delantero de Central. La única que pudo meter fue una que le anularon por un orsai inexistente. Después de eso, no estuvo preciso y se fue reemplazado por el juvenil Hernán Peirone.
En el ST, cuando parecía que El Ciclón iba a salir a matar o morir, Arsenal fue el que tomó las riendas del partido y controló la pelota. En un centro pasado del paraguayo Jorge Núñez, Germán Denis no pudo vencer las manos de José Ramírez, quien respondió muy bien.
San Lorenzo estaba re dormido y no pasaba la mitad de la cancha. La primera aproximación fue un cabezazo de Jonathan Santana, después de un centro de Romagnoli.
Veira decidió poner manos a la obra y mandó a la cancha a Walter Montillo. El cambio cantado era por Kilian Virviescas pero el que salió fue Pipi. Una clara señal que indica que Veira no tenía pensado quedarse con los tres puntos.
Para el final quedaron una llegada para cada uno: Lavezzi tocó de taco para La Ardilla pero tapó muy bien Limia al igual que Ramírez ante un disparo de Javier Mazzoni (gracias por lo del ´95).
El viernes se viene Newell´s y si queremos soñar hay que ganar. Si o si.
¡Fuerza Ciclón!
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