martes, 19 de abril de 2005

LA COLUMNA DE ITUZAINGÓ

Por Leo Scarnatto (sí, el de la mafia, que escribía de Boca)

EN EL OESTE MANDO YO: “EL REY LEÓN”

Desde el sábado pasado al termino del partido que Ituzaingó le ganó a Argentino de Quilmes como local por 1 a 0 la hinchada del verde comenzó a recordarles a los jugadores que el próximo partido no se podía perder, ya que se recibía al clásico rival del Parque San Martín, el Deportivo Merlo, que sólo estaba a tres puntos del puntero.
Si bien, el partido tenía horas de inicio a las 15.30, la gente de “Ituza” comenzó a poblar las tribunas a las 14 para ir calentando el ambiente y crear el marco que el clásico merecía. Así fue que casi una hora antes de que empiece el partido ya no cabía ni un alma en la tribuna local, con las típicas banderas del barrio San Juan, Villa Udaondo, Villa León y Seré entre otras, que en esta oportunidad se sumaron a los globos verdes y blancos que sirvieron para enviarle a los jugadores un mensaje fácil de decodificar pero no tan sencillo de satisfacer.
Sin embargo, cuando estos salieron a la cancha la hincada los recibió con una impresionante lluvia de papelitos sumado a un humo verde que bajaba de las tribunas, entonces ninguno se pudo hacer el desentendido y comprendieron rápidamente que no podían desilusionar a esas más de 2.500 almas que se habían reunido para ver como el “León” se comía a su clásica presa en el “coliseo” de la calle Alcorta.
Cuando Gabriel Moraldi, árbitro del encuentro, hizo sonar el silbato dando inicio al partido fue como si un director hubiese dado la señal para que la orquesta empiece a tocar sus mejores y más dulces melodías, sin errores, con una coordinación y armonía que hacia sentir a los hinchas, aunque sea por un rato, el coro más perfecto que exista.
Tal fue así, que el primer grito llegó al minuto de juego tras un corner del sector derecho enviado por “el gran capitán” Aldo René Bazán que colocó la pelota en el segundo palo para la entrada del goleador del campeonato, Adrián Gerry, que sólo la empujó al fondo de la red y desató la locura en la tribuna local, mientras que en el sector visitante todo era desconcierto porque aún no se habían terminado de acomodar.
Pero este, fue sólo el primer grito de una cuanta que llegaría hasta cinco. El segundo, llegó a los 21 minutos luego de una arremetida del “palomo” Gerry por el sector derecho del ataque, que al llegar al borde del área envió un suave centro que el defensor Daniel Mendoza en su desesperado intento por desviar la pelota la cabeceó enviándola al fondo del arco por encima del arquero, que pese al enorme esfuerzo, no pudo evitar la segunda caída de su meta.
Cuando todo indicaba que se iban a ir al descanso con un 2-0 clavado, a los 42 minutos llegó una perla de Adrián Gerry, que tomó la pelota de aire en la mitad de la cancha luego de una serie de rebotes (típico de esta categoría) y antes de que esta toque el suelo, levantó la cabeza, vio al arquero adelantado y le pegó de zurda clavándola en el ángulo ante la mirada atónita de todos los hinchas, hasta de él mismo que tardó en reaccionar, pero cuando se dio cuenta de la obra maestra que llevaba su firma salió corriendo para colgarse del alambrado y dedicarle ese golazo a toda la gente que tanto a poyo le brinda.
Durante el descanso, los ánimos estaban bien definidos, por un lado, todo era alegría, festejo, aliento y locura, pero por el otro la quietud, los nervios y la incertidumbre se habían adueñado de las tribunas. Ya que temían que se repitiera el 0-6 de hace casi 10 años en la cancha de Merlo.
A los 8 minutos, un tiro libre enviado con el “guante” derecho de Aldo Bazán desde el sector derecho que le cayó en el pié de Damián Salvatierra, le cambió la trayectoria a la pelota y anotó el cuarto que logró callar a la ”banda de Merlo” que había comenzado a alentar tímidamente en los primeros minutos del complemento.
Pero como mencioné anteriormente la cuanta llegó hasta cinco y sólo van cuatro. La frutilla del postre la puso nuevamente Damián Salvatierra a los 22 minutos, luego de una habilitación perfecta de Adrián Gerry, desde casi 20 metros a espaldas de toda la defensa de Merlo, que a esa hora sólo pedía a Gabriel Morandi que se apiade de ellos y dé el silbatazo final para calmar el tsunami verde que no terminaba de hundirlos.
A los 27 minutos el recientemente ingresado, Marcos Zampini, hizo desparramar a Giordano y Anaut, arquero y defensor central respectivamente de Merlo, para anotar el sexto pero Guillermo Santillán, segundo asistente, se apiadó de la visita, levantó el banderín y sancionó una posición adelantada del año 1992 cuando Ituzaingó ascendió al Nacional “B”, por eso Morandi anuló el gol de la media docena, que hubiese sido un justo resultado.
Pero no crean que me olvidé del equipo del Parque San Martín, simplemente no creo ninguna jugada de peligro a lo largo del partido, hasta los 40 minutos del segundo tiempo, pero como dice el tango “ni el tiro del final te va a salir”. Un corner desde la izquierda de la defensa enviado por Abalos, que el ex Ituzaingó Manzini estrelló la pelota contra el palo derecho de Walter Arzamendia y finalmente terminó en saque de arco, eso fue todo para los de Merlo.
“El León” demostró que quiere quedarse en la “C” y que está para darle pelea a los de arriba y que si la suerte los hubiese acompañado un poco más, seguramente estaría peleando el campeonato sin necesidad de pensar en la promoción. Ahora, el objetivo es ganar los 9 puntos que quedan en disputa para sumar pensando ya en el próximo campeonato y llegar en un futuro no muy lejano a la categoría que Ituzaingó se merece, la primera “B”.