jueves, 9 de junio de 2005

ARGENTINA 3-1 BRASIL

Patricio Resi.
Argentina, Tarea Cumplida:
Ahora el Mundial

¿Que mejor que ganarle a Brasil?
¿Que mejor que hacerlo merecidamente?
¿Que mejor que ser el primer clasificado al Mundial?


A la cita llegó la verdeamarelha de las super-estrellas. La de los cracks del Milan, Inter, Barcelona y Real Madrid.
Y sí, mal que nos pese, es el campeón del mundo. Hasta Diego se fue a sacar fotos con ellos.
Del otro lado, la Selección y la gente.
Ya en el doparti, desde el minuto 0, el equipo de José salió a jugar en serio, a demostrar que no somos menos, que somos el único equipo en el mundo al que pueden temer.
La estrategia de Parreira fue un fracaso. Nos quiso hacer “la psicológica”. Sacó a precalentar el equipo al campo de juego, se creyó la historia del “melhor futebol do mundo”, pensó que Sorín le iba a pedir la camiseta a Adriano. Ya venía unos días antes queriendo enfriar la cosa, con eso de “...jugar un amistoso de lujo”.
¿Ahh sí?, bueno, vení, pasá Parreira.
Argentina no se comió esa masita, los muchachos sacaron el manual del Cholito Simeone y salieron a jugar con el “cuchillo entre los dientes”.
El medio y la defensa metió como la última vez. Lucho y Riquelme la pisaban y Crespo, Crespito, Crespín (te prometo, nunca más te voy a putear) estaba afiladísimo. De ese modo, se comieron a Brasil, con huevo, fútbol y el “oooooole” de la gente.
En el segundo tiempo, Brasil fue un poco más Brasil. Se dio cuenta que acá, mostrando “la camiseta”, no iba a llegar muy lejos, es más, se iba a comer una goleada.
Ahí el partido fue otro, fue a matar o morir, nos comimos un golazo de Roberto Carlos y un palito de Adriano, pero de contra, casi lo liquidamos.

La clave:
Todas las líneas tuvieron picos altos.

Atrás:
Heinze, lejos el mejor. Tapó cerca del área y presionó hasta pasada la mitad de cancha, una fiera. Otro punto alto fue Coloccini, grande Colocha (chau Samuel). El más bajo fue Ayala, que salió lejos con unas de “catch” que daban miedo.

El Medio:
(¡Me paro!) Sorin y Mascherano. Dos cuerpitos adolescentes peleando contra Emerson, Roque Junior, Cafú y Roberto Carlos. Los pibitos dejaron el cacao y mostraron el camino y la personalidad. El otro es el Kili, que contagia, que tiene huevos de acero, que todo el partido relevó al Juampi y llegó hasta el fondo.

Creatividad:
Riqueeeeeeeeeelllmeeee. Gracias Román por la magia. Un golazo, presencia, pases punzantes, pisada, y toque. Bajó en el segundo, como todo el equipo, pero dejó la marca, “...ehhh brasilero, ¿te gustó el golazo de Román?”. Lucho también estuvo activo, metió y jugo.

Adelante:
Lo dicho, volvió Valdanito, el del Panamericano, el de la Libertadores con River Plate, el del Milan, el de la Champions. El primer gol, es un resumen del manual goleador de Crespito, “se acomoda para atrás, empalme perfil interno y al palo más lejano”. El segundo fue una dormida brasilera. Dida, el más dormido, olvidó encender el despertador.
Saviolita no se quedó atrás. Otro pequeño, que mete. A veces dá cosita verlo chocar contra esas moles. Pero va y va para adelante. Tributo a “La Hormiga Atómica”.

La gente:
Vivimos una fiesta, en el Monumental repleto y en cientos de miles de hogares frente a la TV.

Brasil:
Kaka, el mejor. En el segundo tiempo cazó la lanza y no lo podían parar. Otro pico alto fue Roberto Carlos, por presencia y por el golazo. Debajo de ellos, un par de chispazos de Ronaldinho en el segundo, poquito de Adriano y nada más.
Poco para Brasil. “che, ... y Robinho”.

El mensaje:
Para Pelé, “Ey, Edson, Maradona es el más grande y Argentina es el papá de Brasil, amargo. Hasta el 2006”.

Argentina, tarea cumplida
Ahora el Mundial




Brazos En Alto. Argentina festeja el triunfo ante Brasil, con Crespo a la cabeza.