MUNDIAL I (DB) Después de Bielsa
¡Qué Tiempos Aquellos! Por Diego Bortolín, alumno 1er.Año ISEC.

¡Por fin llegó! El mundial ya es una realidad, y condiciona increíblemente la vida de quienes creemos que este deporte forma parte esencial de la existencia humana. Todo lo que realizamos en estos últimos cuatro años nos da la impresión de ser poco importante o directamente intrascendente. Sentimos que el único momento vivido es el ahora, analizamos todo desde otra perspectiva, inventamos cábalas ridículas, organizamos nuestra vida social dependiendo exclusivamente del horario de tal o cual partido, independientemente de los que juegue Argentina, instante en el que el país de detiene por aproximadamente 90 minutos. Esto y otras tantas situaciones son generadas por un universo paralelo llamado “Campeonato Mundial de Fútbol”. Creo conveniente remarcar y distinguir que Alemania 2006 tiene una particularidad con respecto todos sus campeonatos predecesores, es (tristemente para algunos de nosotros), el primero en la Era D.L. (Después del Loco). El día que marcó este quiebre temporal fue aquella tarde del 14 de Septiembre de 2004, cuando el Sr. Marcelo Bielsa renunció a su cargo de “Director Técnico” de la selección Argentina. Fue entonces que se produjo una ruptura en la historia del fútbol Argentino. Nos quedamos sin nuestro líder futbolístico; sin esa persona que hizo de la honestidad, franqueza y decisión una forma de juego, un modelo, o mejor dicho, un sueño, del cual muchos no nos vamos a olvidar fácilmente.
El planteo ultra ofensivo del “Loco” Bielsa despertó gran cantidad de adeptos durante las eliminatorias del Mundial 2002, logrando que, después de mucho tiempo, el pueblo argentino se identifique con una selección. En esos planteles no había figuras excluyentes, todos y cada uno de los integrantes del plantel y cuerpo técnico formaban parte de un equipo. Las ideas eran claras y la gente estaba de acuerdo con ellas, pero de un día para otro todo cambió. Al despedirnos de Japón-Corea en primera ronda (tras muchos inconvenientes que debió afrontar el DT, los cuales no voy a detallar en este momento, ya que no es la meta de este relato), la gran masa futbolera caratuló a Bielsa como “ El enemigo público número uno”. No se pudo concebir una derrota futbolística como tal, sino, que se entendió como un fracaso. El peor fracaso. ¿Cómo nosotros, que somos los mejores, nos vamos a ir tan rápido?. El Argentino es así, en ocasiones no ve más allá de lo que tiene delante de los ojos. Nuestro sentimiento no nos permite analizar fríamente ciertas situaciones y nos hace olvidar muy rápido de las cosas. Así y todo, “El Loco” enfrentó críticas e insultos y siguió al frente de la selección hasta aquel fatídico 14 de Septiembre, día en el cual dió un paso al costado, aludiendo causas que mucha gente no entendió. Aquí es donde se plasma la crisis, el cambio, la nueva concepción del fútbol nacional, y la tristeza interminable para los que independientemente de los triunfos y derrotas, sentíamos a aquel proceso como propio.
Mi idea no es discutir si la doctrina utilizada por el actual técnico es mejor o peor que la anterior, pero lo que es evidente, y queda reflejado con cada actuación, es que son distintas. Argentina llegó al mundial 2002 como el candidato de todos, y ese mote se lo ganó con el esfuerzo, el trabajo y la dedicación de muchos. La idea base de ese ciclo era la de conservar la ambición ofensiva sin importar rivales ni planteos. Hoy llegamos a Alemania 2006 sin un equipo confirmado, con jugadores que no jugaron más de dos partidos juntos, y sin un estilo de juego definido. Hay quienes dicen que llegar como “punto” es muy bueno, debo confesar que no estoy de acuerdo con los que piensan así, yo prefiero que nos esperen aterrados al saber que estamos llegando; que generemos un respeto que se les vaya convirtiendo en miedo con el correr de los minutos; que nuestros rivales, de sólo pensar que están en la zona de Argentina, sientan que deben jugar por el segundo puesto, y esto, le pese a quien le pese, sucedió en Japón-Corea. Es cierto que los hechos nos brindaron otra realidad, pero ¡Qué bien que estábamos! ¡Qué miedo nos tenían! ¡Qué grande Bielsa! (Perdón, me traicionó el fanatismo).
Al margen de que uno se considere Bielsista, Bilardista, Menottista o lo que fuere, o pueda estar o no de acuerdo con ciertas decisiones y planteos del actual cuerpo técnico, la única realidad es que cuando la camiseta Celeste y Blanca se asome en los campos de juego Germanos, todas las ideologías quedaran de lado. Desde cada rincón del país alentaremos y nos sentiremos parte de este sueño en forma de pelota. Comenzaremos a vivir una etapa muy particular de nuestra existencia. Etapa que quizás no dure demasiado tiempo, ni tenga una fundamentación filosófica convincente, pero en la cual pasamos de la risa a las lagrimas en segundos, en la que nos olvidamos de conflictos que hasta ese momento considerábamos inolvidables e irremediables; en ella expresamos nuestra pasión y sentimientos como nunca antes lo habíamos hecho, y en la que nos unimos en un solo grito nacional, el de ¡VAMOS ARGENTINA, CARAJO!. Este trayecto de nuestra vida no tiene aún una denominación lógica, ni creo que la tenga algún día, pero puede describirse como algo único e irrepetible, al menos, hasta dentro de cuatro años.

¿Loco yo? Bielsa parece pedir perdón. Te perdonamos, Marcelo... Volvé pronto.

Pasaje de Mando. Bielsa a Pekerman: "Hacé lo que puedas, José"
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