sábado, 1 de noviembre de 2003

TEMAIKÉN: EL FÚTBOL ARGENTINO PLAGADO DE ANIMALES

Por Jorge Cutini. ¡Animals! Nos gritaban los ingleses en el Mundial del 66. Y es cierto, el fútbol argentino, siempre se nutrió de apodos... Miles de los cuales identificaron e identifican a los jugadores, a tal punto, que algunos de ellos, pierden sus nombres originales y pasan a llamarse: Pato, Gato, etc. Los animales en este caso, tuvieron y siguen teniendo preferencia entre los encargados de elegir los apodos (vaya uno a saber quién y cómo surgen en algunos casos...). Es por ello que siempre tendremos un pequeño zoológico dando vueltas por las canchas de nuestro querido fútbol vernáculo. Tal vez, vaya uno a saber, el primero haya sido Miguel Armando Rugilo, el arquero de Vélez Sársfield, quedó imortalizado para siempre como el León de Wembley por su gran actuación en el mítico estadio con la selección Argentina. Pero si hablamos de Pato, Fillol sería el más famoso, Pastoriza entre los técnicos y Gasparini un talentoso volante cordobés que deslumbró en los 80 en el Racing de su ciudad. Siguiendo con las aves, aparece el Pájaro Caniggia y también Domizzi. La Hurrca González, delantero de Lanús. El Tweety Carrario, más los Pericos Ojeda y Pérez (arquero de River y volante de Racing e Independiente) también serían partícipes de este rubro. Tiene alas, pero no es un ave, el Murciélago Graciani (ex delantero de Atlanta y Boca). Pasamos a los felinos y nos topamos con los Gatos Miguel, Sessa y el Gatito Leeb. En la actualidad, Racing cuenta con la Gata Fernández, delantero que llegó a préstamo de River Plate. Enfrentados, encontramos al Perro Arbarello (ex San Lorenzo) y Garré (un perro de aquellos). Como roedores, está el Ratón. Rubén Ayala y su tocayo Roberto. También aparece el delantero ex Vélez Zárate, y la Rata Rodrìguez y Rattin. Se podría sumar al Conejo Saviola y el más famoso, Tarantini (campeón mundial 1978), sin ninguna duda. Vemos luego al Tigre Gareca, el Toro Acuña, al Sapo Saporitti (recordado lateral derecho de River). Otro apodo común en los 70 fue el de Mono. Oscar Más, es tan recordado por ese apodo, como por el de Pinino. El Mono Perotti (puntero y goleador del Boca del Toto Lorenzo) y más recientemente, Navarro Montoya y Burgos, quienes trasladaron dicho apodo a los arcos. El Monito Zárate que hacía las delicias de los hinchas de All Boys y la selección juvenil de Pachamé. La Chancha Javier Mazzoni le dio alegrías a las hinchadas de Estudiantes y de San Lorenzo respectivamente. El Topo Sanguinetti, muchos años en Gimnasia. No es el caso del Chanchi Estévez. A no olvidarnos (por más que ahora sea un ex jugador) del Burrito Ariel Ortega y otro gran número 7, la Araña Amuchástegui... Ya sé si seguimos con los insectos, y con el mismo número, no hay que dejar de mencionar al Piojo López y al volante de Independiente Damián Manso. En el lado de los equinos, recordamos al ahora gremialista el Potro Domínguez (ex delantero de Gimnasia y del fútbol francés). Como Puma encontramos a Carlos Manuel Morete y Rodríguez. Si nos vamos para el agua, encontramos al Pescadito Paz, el Tiburón José Tiburcio Serrizuela, y su hermano, el Tiburoncito. En Boca, todos recuerdan a la Pantera Rodríguez, suplente del Loco Gatti... y hay más, seguro que hay muchos más... pero el tiempo es tirano, como alguien dijo alguna vez, y me tengo que ir a darle de comer a los osos, que están cagados de hambre.

El Mono Más y una de sus monerías.